¿Sabías que el promedio de libros leídos al año por un ecuatoriano es de 0,5? Es decir, ni siquiera termina el único libro que empieza. Preocupante, cuanto menos. En la entrada de hoy te contaré qué puedes hacer tú para no formar parte de ese promedio.
Comencemos por el principio. Es necesario responder por qué leemos tan poco. Simple. Porque no reservamos un espacio de nuestro día para hacerlo. Al contrario de lo que se cree, no es que no se tenga tiempo para leer, sencillamente la lectura no es una actividad prioritaria para nosotros.
El primer paso siempre es el más difícil
Como toda tarea, iniciarla siempre es lo más difícil. Seguido por mantenernos haciéndola. Por ello, te recomiendo que empieces leyendo por lo menos 10 minutos al día. Separa un espacio en tu día para cumplir con ello.
Cuando veas que ya te has acostumbrado a leer 10 minutos todos los días. Da el siguiente paso, lee el doble de tiempo (20 minutos). Y así, sucesivamente. Si un día no puedes cumplir con el total de minutos, tranquilo, establece un mínimo aceptable para dar por realizada la tarea.
Todo suma. Más vale hecho que perfecto
Tomando como base que el ser humano es un animal perfectamente imperfecto. No des por perdido el hábito de la lectura porque un día no pudiste leer. Simplemente inicia de nuevo lo más pronto posible.
Imaginemos que un día tuviste una jornada muy atareada y realmente no hubo espacio para la lectura, no te agobies. Al día siguiente vuelves a tener la oportunidad de retomar esta actividad.
La práctica hace al maestro
Y en la lectura no iba a ser diferente. Si eres constante y paciente, cuando menos te lo esperes estarás leyendo una o dos horas diarias y devorando libros en menos de 1 semana. Recuerda que la constancia vence a la inteligencia.
En resumidas cuentas. Empieza con poco pero proyéctate en grande. Ten paciencia y sé constante. Si un día no cumples con el total de tu objetivo o de verdad no pudiste leer, inicia nuevamente al día siguiente.
Vegano. Amante de los animales y los libros. Actualmente trabajo como Especialista en DevOps en alguna parte.
Muy bueno! Eso sí: más importante que cantidad es calidad. Hoy en el mundo se escriben y leen más libros que nunca, pero el 90% es puro ruido repetitivo.
Muy cierto. Es importante saber distinguir.