El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo

Photo by Norbert Kundrak on Unsplash

Si uno no falla, no puede lograr nada. Un emprendedor no debe tener miedo al fracaso. Si se fracasa, hay que tratar de nuevo. Y si se fracasa de nuevo, hay que tratar de nuevo, hasta triunfar… Para tener éxito, a veces tienes que sufrir fracasos en el camino. Eso hace que el éxito sea tanto más satisfactorio.

Richard Branson | Fundador de Virgin Group

¿Te imaginas que nadie aprendiera a caminar porque se rindió en su primera caída? ¿O a montar en bicicleta? Suena bastante ilógico, ¿verdad?. Entonces, ¿por qué no aplicamos el mismo razonamiento para las demás cosas que intentamos a lo largo de nuestra vida? Ninguno de nosotros nace sabiendo ni siendo un experto en nada. Es más, me atrevería a decir que la mejor forma de aprender algo es a través del método de prueba y error. Pruebas de una manera, no funcionó. Corriges lo que haya que corregir e intentas de nuevo.

No hay nada de malo en cometer errores mientras no cometas los mismos una y otra vez

Antes de continuar quiero aclarar un par de cosas, no estoy haciendo un llamado a no solo tropezar con la misma piedra varias veces, sino a querer partirla con la cabeza, no. Tampoco estoy invitando a nadie a que tome riesgos cuyas consecuencias no han sido tenidas en cuenta. Si ya intentaste algo con el mismo método varias veces y no funcionó, debes hacer ajustes. Por otra parte, todo riesgo, en la medida de lo posible, tiene que ser calculado. Ningún acróbata se atrevería a pasar por la cuerda floja sin antes haber practicado, muchas veces, en un entorno controlado.

Una vez dicho lo anterior, continúo. A veces me pregunto por qué como sociedad, de forma general, tenemos tan mal visto el fracaso. Bajo un punto de vista muy personal, me es lógico que lo consideremos de esa manera. Ya que hemos sido condicionados por el sistema educativo convencional a verlo así. ¿Qué sucedía cuando reprobaba una materia o un examen? Seguro que nadie venía a darme una palmada en la espalda y a felicitarme por ello. Es más, rara era la ocasión en que los docentes se detenían y, en conjunto conmigo, analizaban qué podía aprender de los errores cometidos.

El verdadero fracaso no es cometer errores sino no aprender de ellos

Y no solo no aprender de ellos, sino que hay veces en las que incluso no emprendemos acción por miedo al fracaso. Es decir, ya nos hemos visualizado metiendo la pata en algo que ni siquiera ha sucedido. Interesante mentalidad. Un ejemplo reciente que tengo fue cuando me ofrecieron una tarjeta de crédito. Nunca antes había tenido una y viendo cómo las manejaban en mi entorno, sobreendeudados, tuve muchas dudas sobre si aceptarla o no. Con todo, me informé, leí bastante sobre por qué la mayoría de las personas le temían a estas, entre otros aspectos… Pero, lo más importante, me atreví a vivir la experiencia por mí mismo.

Considero que este es uno de los aspectos más determinantes, el atreverse a experimentarlo por uno mismo. Porque perfectamente podría haberme quedado en la teoría no aceptando la tarjeta de crédito, y jamás habría sabido qué es tener una y cómo usarla correctamente. Así mismo me sucedió con el trabajo remoto. Cuando pasé a trabajar desde casa, mi conexión a internet era muy mejorable, tuve que hacer adaptaciones en mi puesto laboral para realmente poder cumplir con mis tareas, etc. En otras palabras, me deshice de la idea preconcebida de que las cosas salen bien a la primera. Me atreví a fracasar y a corregir lo que hubiera que corregir.

No hay una vida menos digna de ser vivida que aquella que no se vivió por miedo al fracaso

Sé que los ejemplos que he citado no son equiparables a montar una empresa y fracasar, lo sé. Pero creo que dan suficiente forma a la idea que te quiero transmitir: no podemos pasarnos la vida no haciendo cosas por miedo a fracasar. Este blog mío podría ser tomado también como ejemplo. Cuando lo empecé no tenía escrito un plan detallado del contenido que quería publicar, no tenía una ruta marcada tipo “cada mes subiré 3 entradas”. Simplemente me armé de valor y decidí compartirlo con el resto de internet. Contigo. Y fíjate que lo que comparto aquí no está estrechamente relacionado con lo que hago para llevar el “pan” a casa.

Para finalizar, si tienes algo en mente que te apasiona, que lo harías incluso si no recibieras un centavo, lánzate a hacerlo, eso sí, como te dije al inicio, evalúa todas las consecuencias que pueda traer esa decisión, por lo demás, puedes ir corrigiendo según avanzas. Recuerda que el camino se hace al andar. Por otra parte, si vas a pedir la opinión de otras personas, cerciórate de lo que se han hecho estas durante su vida, porque, al menos yo, no aceptaría consejos de alguien que ha vivido siempre con miedo al fracaso. De alguien que se limitó a vivir como el resto de la sociedad le dijo, dejando morir lentamente su esencia, lo que lo hacía único e irrepetible.

¡Sé una mente indomable!

Posdata: recuerda que puedes unirte a mi canal de Telegram, donde podrás chatear con mentes indomables como tú.