¿Alguna vez te has preguntado qué respalda al dólar americano? ¿Y al euro? ¿Sabías que en la actualidad son dinero por decreto? En otras palabras, son monedas válidas porque así lo definen sus respectivos gobiernos. No están respaldadas ni por oro ni por petróleo. Entonces, si son solo papel impreso, ¿por qué no aceptamos también billetes del Monopoly? Por poner un ejemplo.
Con el título de la entrada quería, por una parte, que reflexionaras sobre si pagarías y aceptarías pagos con este tipo de moneda y, por otra, que comprendieras lo ridículo que puede llegar a ser valorar más un trozo de papel impreso que algo con verdadero valor intrínseco, como la educación o los buenos alimentos. Así que lo siento pero, de momento, no hay ningún país en el que puedes pagar con billetes del Monopoly.
No confundas el precio de algo con su valor
Bajo mi punto de vista, es bastante sencillo diferenciar ambos conceptos. Pongamos un ejemplo: necesitas comprarte un colchón nuevo porque el que tienes te está destrozando la espalda. Este cuesta $350 (precio) pero estás dispuesto a pagarlos porque para ti tu columna merece lo mejor (valor). Podríamos decir que el precio es lo que está en la etiqueta y el valor, lo que el bien o servicio añade en tu vida.
Si el dinero por decreto pierde su valor día tras día, ¿por qué seguimos recomendando ahorrarlo más allá de la cantidad estrictamente necesaria para imprevistos? Los ahorradores son perdedores. Es una frase de Robert Kiyosaki, autor del libro Padre rico, padre pobre. Admito que la primera vez que la leí, no la comprendí. La segunda me dio rabia. Llegó justo cuando consideraba el ahorro la vía para conseguir mi libertad financiera.
Ojo, la intención de esta entrada no es animarte al consumo compulsivo ni a que no disponer de un colchón de seguridad financiera, no, para nada. El objetivo es que comiences a darle valor a lo que realmente lo tiene y sí, el dinero es una herramienta, nada más. Por ello, hay que saber cómo usarla y entender qué es lo que realmente representa hoy: deuda en forma de papel impreso respaldada solo por la fe que le tenemos a los gobiernos.
No trabajes solo por dinero, trabaja por conocimiento y, sobre todo, por agregar valor en la vida de los demás
Muchas personas suelen obsesionarse con los aumentos salariales, tienden a pensar que lo que le pagan es muy poco y puede que sea cierto. Sin embargo, una persona con mentalidad de rico no pone límite a sus ingresos. Analiza de qué otras formas puede compartir y obtener beneficio de sus conocimientos. Sabe que el dinero, sea en la divisa que sea, llega en proporción al valor que agrega esta persona a la sociedad.
¿Y sabes cuál es la principal ventaja de tener este enfoque? Pues que así si un día, el tío Sam no lo quiera, el dólar americano pierde completamente su valor, dicha persona no se verá tan afectada. Porque lo que hará será migrar a otro lugar donde nuevamente pueda seguir aportando y recibiendo reconocimiento económico por sus conocimientos. Y aquí está la diferencia entre no tener dinero y tener mentalidad de pobre.
Para ir cerrando, quiero invitarte a que distingas entre precio y valor. Que comprendas que lo que consideramos dinero no tiene un valor intrínseco per se, por ende, algún día no valdrá nada. Por ello es de vital importancia que trabajes en tu mentalidad. Que nunca pares de aprender. Porque aquel que cree que lo sabe todo y que está preparado para cualquier adversidad, seguramente, será el primero en llevarse las manos a la cabeza.
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Vegano. Amante de los animales y los libros. Actualmente trabajo como Especialista en DevOps en alguna parte.
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