Cómo experimentar el placer de simplemente existir

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¿Serías capaz de quedarte sentado, solo y en silencio durante 15 minutos? ¿Y durante 30? Parece algo casi imposible en una sociedad donde siempre “tenemos” algo que hacer. Donde 24 horas no alcanzan para cumplir con nuestras responsabilidades. Pero, ¿es esto algo real? O, ¿será que nos hemos convertido en esclavos de nuestra propia creación? Hoy quiero hablarte del gran tesoro que se esconde en, de vez en cuando, simplemente existir.

Te adelanto que no me refiero a meditar, no. Hablo de algo más sencillo, al alcance de todos los mortales. El bello arte de contemplar el regalo que es la vida que tenemos y que nos rodea: caminar y escuchar con atención el cantar de los pájaros. Sentir el olor de la hierba mojada después de una intensa lluvia. Fijarte en cada pequeña expresión en el rostro de quien conversa contigo y ser capaz de eso, de estar presente en el momento.

Enfadarte también es algo maravilloso

No solo hablo de emociones o experiencias positivas, para nada. Enojarte, sentirte triste, decepcionado, también caen dentro del bello arte de simplemente existir. Porque, ¿de qué nos sirve resistirnos a la emoción negativa que nos invade? Y ojo, no hablo de regocijarte en la pena, no, me refiero a que si te sientes de esa manera, está bien también. Lo importante es que no huyas, que estés presente y aprendas del sentimiento.

¿Te has preguntado alguna vez por qué tantas personas buscan desesperadamente distraerse de alguna manera? Ya sea con las redes sociales, con una película o serie en Netflix, etc. La respuesta es sencilla y obvia pero, a su vez, dolorosa: temen encontrarse a solas con ellos mismos. Estar tan en silencio que puedan escuchar sus pensamientos y comprobar que no es que les guste tener siempre algo que hacer, sino que lo necesitan.

Prefieren una solución cortoplacista, el ocio, a resolver realmente el problema. Porque solucionarlo significa tener que aceptar que les queda mucho por mejorar, por aprender y que, probablemente, les cuesta más esfuerzo del que están dispuestos a realizar. Son personas que se han olvidado del gran poder que hay en su interior, un poder ilimitado para disfrutar de lo que esta vida tiene para ofrecernos.

Sé tu mejor amigo, al fin y al cabo, siempre estarás contigo

La realidad es que en los bueno y malos momentos, quien siempre estará contigo, serás tú. No habrá nadie que sepa al 100% todo lo que sientes, vives y experimentas. Los demás solo verán y sabrán lo que tú quieres que sepan y vean. Por ello, es esencial que domines el arte de simplemente existir, que tengas la capacidad de poder estar a solas pero no sentirte solo, porque sabes que cuentas con tu agradable compañía.

Estar presente en las cosas que haces es el mejor regalo que te puedes hacer si quieres agregar vida a tus años y años a tu vida. ¿De qué nos serviría vivir eternamente si solo nos dedicásemos a sobrevivir? A estar, supuestamente, trabajando para un futuro mejor mientras el presente se nos escapa entre los dedos. Por ello mi invitación es simple, tan simple como que existas. Que te des cuenta que todo se crea y se cree en la mente.

Recuerda que ser feliz, estar en paz y sentirte agradecido son estados que conscientemente puedes escoger experimentar. No te hace falta esto o aquello para comenzar a “ser feliz”. Lo que necesitas es más que seguro que ya lo tengas: alimento, un techo que te protege y seres queridos que te rodean. Y no, no es necesario que sean de tu misma especie. En mi caso: un perro, un gato y un humano. Como te dije, tú escoges sentirte agradecido.

¡Sé una mente indomable!