Bushido: el camino del guerrero

Primero que todo, definamos qué es el bushido:

Es un código ético estricto y particular al que muchos samuráis (o bushi) entregaban sus vidas, que exigía lealtad y honor hasta la muerte. Si un samurái fallaba en mantener su honor, podía recobrarlo practicando el seppuku (suicidio ritual). Se dice que desde pequeños, el bushidō era inculcado a los japoneses de la clase dirigente incluso antes de despegarse del pecho de la madre.

Fuente: Wikipedia

Puede que en los tiempos que corren practicar el seppuku para recuperar el honor, nos parezca algo exagerado. Sin embargo, considero que en las sociedades citadinas (perteneciente o relativo a la ciudad) se vuelve indispensable el poseer un código ético y moral bajo el cual regir nuestras vidas. Ya que de lo contrario no tendremos unos límites claros que definan lo bueno y lo malo. No sabremos si nos estamos excediendo en nuestras pasiones.

Ten valor heroico y álzate sobre las masas que temen actuar

A mí me agrada pensar en la disciplina como el hecho de ser discípulo de una idea. Es decir, actuar cada día, en la medida que me sea posible, en base a unos principios o valores. Y lo que me ha ayudado mucho de un tiempo a esta parte, es entender que, como ser humano, soy un proceso en continuo desarrollo y no un producto finalizado.

Por ello, considero que el seppuku (suicidio ritual), actualmente, no es la mejor manera de recuperar nuestra honra. Me parece más valiente enmendar aquello que nos produce bochorno. Y he de admitir que he aprendido mucho más de mis errores que de mis aciertos. Es más, me atrevería a decir que los segundos son consecuencia de los primeros. 😐

Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho

La esencia del Bushidō es no mentir, no frivolizar, no tener dos caras, ser coherente, no ser codicioso, no ser grosero, no alardear, no ser extravagante, no criticar, no ser infiel […], ser buen compañero, no dejarse afectar por los problemas, no compararse, ser compasivo y actuar de buena fe.

Kashōki, volumen 5

Opino que, con suma frecuencia, se nos olvida que lo único que verdaderamente poseemos, es nuestra palabra. En el sentido de aquello que prometemos a los demás pero, sobre todo, que nos prometemos a nosotros mismos. Como bien dijo Aristóteles: “la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo“. De la misma forma, dentro del Bushido, la disciplina de las disciplinas es “el imperio sobre uno mismo”. 🧘‍♂️

No condenes a los demás; mira más bien si tú no faltas a tus deberes

Considero que cada vez me agrada más el silencio, la quietud. Prefiero mantenerme callado si no tengo alguna contribución que hacer. Trato de evitar las conversaciones banales que solo buscan llenar desesperadamente algún silencio incómodo. Temas como el fútbol, el tiempo meteorológico o la política, rara vez son de mi interés. Y todavía menos lo es criticar destructivamente a otra persona.

Ya que con cada año que cumplo asimilo mejor que no soy perfecto y que jamás llegaré a serlo. Por ende, tengo mucho trabajo por delante conmigo mismo como para estar mirando hacia afuera. Cada persona tiene motivaciones y objetivos diferentes. Lo que es importante para mí no tiene por qué ser importante para nadie más. Solo quien recorre su propio camino es capaz de comprenderlo en su totalidad.

La perfección es una montaña inescalable que ha de ser escalada a diario

Los seres humanos somos como los ríos, está en nuestra naturaleza el fluir constantemente. Si nos estancamos, al igual que sucede con el agua, nos pudrimos (metafóricamente en nuestro caso). No importa nuestra edad si tenemos proyectos que llevar a cabo. No importan los años si tenemos razones que nos hacen levantar emocionados de la cama.

Viene bien encontrar códigos éticos y morales, como el Bushido, en los cuales poder basar nuestra existencia. Sin embargo, considero indispensable la experimentación. Para así poder adoptar principios que se adapten a la individualidad de cada ser humano. Y también se vuelve esencial aceptar el hecho de que estamos en continuo desarrollo, dado que siempre habrá algo de nosotros mismos que puede ser mejorado.

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