¿Alguna vez has mirado a alguien y te has preguntado qué estará ocurriendo dentro de su cabeza? Con esta pregunta, aparentemente sencilla, da comienzo esta obra maestra.
En esta entrada no voy a contarte la película como tal. Ya que, si no la has visto, estaría quitándote dicho privilegio: verla por primera vez. Sin embargo, si basaré mi reflexión en una parte fundamental de la trama. Así que si continúas leyendo, que sea bajo tu propia responsabilidad.
Nuestra intención de estar siempre felices es lo que nos hace tremendamente infelices
La principal lección que considero nos brinda esta película es que al tratar de estar siempre felices, nos creamos una fuente innecesaria de insatisfacción e infelicidad. Habrá veces que sintamos ira, miedo, asco o tristeza. Son emociones que forman parte de lo que nos hace humanos.
Lo interesante aquí no es huir de ellas, ni negarlas. Sino saber gestionarlas. Como pudo comprobar Alegría, para que la protagonista pudiese crecer como persona, era indispensable que experimentase la tristeza. Ya que en el mismo hecho de poder afrontar ese tipo de situaciones, creamos nuevos momentos y recuerdos alegres. Nos hacemos más fuertes.
Quizá es mejor estar en equilibrio que estar siempre feliz
No niego que la felicidad es un sentimiento bonito. En absoluto. Reconozco que me gusta estar feliz. Sin embargo, también reconozco que no siempre lo estoy. Tengo momentos de duda, a veces siento ira. En ocasiones puedo llegar a sentir miedo. ¿Y qué?
Si realmente existe un ser superior que nos creó y nos otorgó todas esas emociones, ¿por qué habría de negarme a ellas? Ojo, no te invito a que te regocijes en la tristeza, no. A lo que te invito es que no te niegues a esta. Tratar de evitarla, te hará más infeliz que aprender a gestionarla.
Además, mira hacia atrás y piensa en todos aquellos momentos que considerabas tristes. Seguro que ahora, con cierta distancia, te das cuenta que no fueron para tanto, sin embargo, por ellos es que eres como eres en estos instantes.
El poder de la ley de la correspondencia
Según esta ley, todos vivimos lo que nos toca vivir para poder desarrollarnos como personas. Es decir, vivimos alegrías, penas, tristezas, etc. Que son necesarias para llegar a nuestra mejor versión.
Por lo tanto, recalco que es muy importante no negarte a ninguna de tus emociones. Ellas están ahí para algo. Solo debes aprender a gestionarlas. No te obsesiones ni con estar feliz siempre, ni con no estar triste nunca. Busca un equilibro.
Vegano. Amante de los animales y los libros. Actualmente trabajo como Especialista en DevOps en alguna parte.
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