Si te encuentras un gato por la calle, acarícialo

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Cuando la existencia se revela como algo existencialmente intolerable, el pensamiento se hunde sobre sí mismo. En semejantes situaciones, en las profundidades, lo que te funciona no es pensar, sino darte cuenta.

Jordan B. Peterson

¿Te has preguntado alguna vez cuál es el sentido de la vida? ¿Has llegado a preguntarte para qué existe el sufrimiento? Mi respuesta para la primera pregunta es que la vida, por sí misma, carece de sentido alguno. A mí me gusta verla como un lienzo completamente en blanco y que es nuestra responsabilidad convertirla en una obra de arte. Es decir, perfectamente podríamos quedarnos delante del lienzo y dejar que siga en blanco, sobreviviendo en vez de vivir. Permitiendo que la corriente nos arrastre en vez de escoger hacia dónde queremos ir y qué es lo que queremos hacer.

Con respecto a la segunda pregunta, sé que la respuesta es para forjar nuestro carácter, para potenciar nuestras fortalezas. Con todo, he de reconocer que no la he interiorizado del todo. Ya que hay días en los que las secuelas de mi parálisis facial me hacen cuestionarme si realmente me he aceptado como soy ahora, con nuevas limitaciones que antes no tenía… ¿Y qué tiene que ver todo esto con que si me encuentro un gato por la calle lo acaricie? Puede que te preguntes. Así como, ¿si la vida no tiene sentido y el sufrimiento es una característica intrínseca de esta, qué opción nos queda? ¿La resignación, la enajenación y la destrucción de nuestro propio ser? No, por supuesto que no.

Dile a tu corazón que el miedo a sufrir es peor que el sufrimiento mismo

Si lo analizas bien, existen muchas razones para sentir dolor: los achaques producidos por la edad, el fallecimiento de un ser querido, un amor no correspondido, la pérdida del empleo que te permite proveer en casa, entre otras… Con todo, ¿te imaginas una vida donde no nos atrevemos a experimentar nada por el miedo a sufrir? En otras palabras, preferir resignarse a llevar una vida indigna antes que aceptar un sufrimiento potencial si tomamos las riendas de nuestro destino y escogemos aquello que queremos lograr y con quienes deseamos compartir nuestro tiempo.

A sabiendas de que el sufrimiento es una parte inseparable de la vida y de que esta, por sí sola, no tiene sentido alguno, ¿no sería más saludable encontrar razones propias que justifiquen nuestra existencia en vez de estarnos martirizando por lo “malvado” e “injusto” que es el mundo? Sí, suena coherente pero, ¿a qué hora me dices por qué debo acariciar al bendito gato? Paciencia querido lector, ya voy a llegar a esa parte. Como dije al inicio de esta entrada, me agrada ver a la vida como si fuera un lienzo en blanco y a mí como el artista encargado de plasmar en este los más bellos paisajes.

Si te encuentras un gato por la calle, acarícialo… y si te es posible, adóptalo

Martín, mi primer hijo gatuno

Te presento a Martín, el más nuevo integrante de mi particular familia. A él lo conocí en el parque que queda cerca de mi casa, se acercaba a mí cuando yo salía a caminar. He de añadir que en alguno de nuestros encuentros le llevé pescado, puede que esto terminará de convencerlo y hacer que me ganara su confianza. Cierto día me percaté que se le estaba cayendo el pelo en la parte de las cejas. Así que, en conjunto con mi madre, lo llevé al veterinario. Allí nos dijeron que estaba muy sano pero que tenía ácaros en las orejas. Le aplicaron el medicamento correspondiente y lo trajimos para casa.

Comprendo muy bien que el haber adoptado un gato callejero no hace que toda la maldad y el sufrimiento que hay en este mundo se termine. Sin embargo, también comprendo que sí hace de este lugar un lugar mejor y eso para mí es algo loable y que reconforta mi ser. Y a esto es a lo que, humildemente, quiero invitarte. Que te preocupes menos por tu circulo de preocupación, aquello sobre lo que tienes poco o nulo poder, y te ocupes más de tu círculo de influencia, aquellas cosas sobre las que tienes margen de acción. Por ello, si te encuentras un gato por la calle, acarícialo… y si te es posible, adóptalo.

En resumen…

La vida, por sí misma, no tiene sentido. Somos nosotros quienes debemos darle uno y encontrar las razones que justifiquen nuestra existencia. Así mismo, el sufrimiento es una característica intrínseca de esta pero esto no es algo necesariamente negativo, podemos mirarlo como un maestro que tiene una lección para enseñarnos. Por ello, no busques respuestas allá afuera para preguntas como: ¿qué es la felicidad? ¿cuál es mi propósito de vida? Ya que cada persona las responderá de maneras completamente diferentes. Es tu responsabilidad hallar en tu interior aquella respuesta que te satisfaga y reconforte tu ser.

Quizá cuando salgas a pasear y te dé vueltas la cabeza, aparezca un gato; y si le prestas atención, podrás recordar aunque solo sea durante quince segundos que la maravilla del Ser puede compensar el sufrimiento imposible de erradicar que lo acompaña.

Jordan B. Peterson

¡Sé una mente indomable!

Posdata: envíame la mejor de las energías y de los deseos para conseguir que Blacky acepte a Martín dentro de la manada.

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