Tu vitalidad en la vida es directamente proporcional a la claridad de tu visión.
Laín García, La Voz de tu Alma
Aterricemos este pensamiento. Por vitalidad, entiendo yo que se refiere a nuestras ganas de vivir, al sentirnos satisfechos día a día con lo que hacemos, decimos, sentimos y pensamos. Y por claridad de tu visión, comprendo que hace alusión a qué tan definidos están nuestros propósitos o, en otras palabras, qué tan claro tenemos lo que le pedimos a la vida y trabajamos en ello para que esta nos lo dé.
Hoy quiero compartir contigo mi trío favorito y no, no es el que estás pensando… Este está compuesto por el bien-estar, el bien-hacer y el bien-tener. Comenzaré definiendo cada uno de ellos. Ojo, estas definiciones son mías, no tienen por qué coincidir al 100% con las que tú ya tengas. Solo te pido que las leas con una mentalidad abierta y, si sientes que alguna de ellas te puede servir, toma la que necesites.
El bien-estar
Considero que es la capacidad de, cada cierto tiempo, simplemente existir y poder valorar y agradecer por todo lo que ya tenemos y por quienes nos rodean. Por mi manera de ser, tiendo a centrarme mucho en hacer cosas, paso de una tarea a otra, e incluso cuando ya he terminado lo que me había propuesto para el día, pienso que puedo hacer más. Por ello, puedo reconocer que sencillamente estar, existir, es algo que me cuesta y trabajo diariamente en ello.
Lo que me ayuda bastante a existir, sin más, a reconocer la belleza de la vida en el sencillo hecho de vivir, sin estar haciendo algo adicional… Es la quietud, el silencio, la calma. Cuando mi única compañía soy yo mismo, puedo escuchar, si es que lo hubiere, qué me atormenta, hacia dónde realmente quiero ir y qué es lo que deseo hacer. Por lo tanto, opino que es de vital importancia que con frecuencia te atrevas a no hacer nada, sí, como lo lees. Pero, de verdad, nada. No vale estar sentado con la radio puesta, no. En absoluto silencio.
Creo que vivimos en una sociedad MUY ruidosa pero que, generalmente, no dice nada que tenga valor. Cuando no es la televisión, es la música, cuando no es esta, estamos con el teléfono celular. ¿Tanto miedo le tenemos al silencio? Siempre tratando de evitar el “aburrimiento”. Quizá no es esto lo que estamos buscando evitar, si no algo que nos genera verdadero temor… Enfrentarnos al hecho de que somos los responsables de los resultados que hemos obtenido hasta ahora. De darnos cuenta de que hay varias cosas por mejorar en nuestra vida, etc.
El bien-hacer
Si eres una persona orientada a la resolución de problemas como yo, es probable que estés pensando que esto del bien-estar suena bien, pero que no tienes tiempo para ello dado que tu agenda está muy apretada como para estar “simplemente existiendo”. Créeme que te entiendo, también solía pensar así. Hasta que comprendí que solo podemos tener una buena vida cuando hay equilibrio en ella. Por eso el título de esta entrada es El trío perfecto. No te he dicho que un elemento sea mejor que el otro, no. Lo que te vengo diciendo es que TODOS son necesarios.
Ahora bien, ¿a qué me refiero con bien-hacer? Pues que todo aquello que te hayas propuesto realizar, lo hagas dando tu máximo rendimiento, nada de medias tintas. Si te propusiste resolver todos los pendientes que tenías en tu trabajo, vamos, define un plan y trabaja dura e inteligentemente en ello. Aquí tus mejores aliados serán la paciencia, la disciplina y la constancia. Si decidiste que vas a mejorar tu forma física, tendrás que pasar por cosas que te harán sentir incómodo, muchos días no tendrás ganas de ejercitarte…
El bien-tener
Toda la paz que encontrarás en la cima de la montaña es aquella que trajiste contigo.
Proverbio Zen
Este concepto considero que es el más sencillo pero igual de potente: saber por qué queremos lo que queremos y, saber apreciar lo que ya tenemos. Cuando escucho frases del tipo me iré a Hawái para encontrarme, me pregunto: ¿qué te hace pensar que si no fuiste capaz de encontrarte a ti mismo donde estás ahora, te vas a encontrar estando en Hawái? O peor aún mi pareja es todo lo que necesito para ser feliz… ¿En serio? Todo lo que necesitas ya lo tienes: alimento, descanso y ejercicio.
El punto de partida para una buena vida, para una que sea digna de vivir: es tener muy bien definido hacia adónde queremos ir y qué es lo que queremos lograr en ella. Porque, ¿te imaginas un barco que sale del puerto sin rumbo? ¿En dónde crees que terminaría? Así mismo sucede con nosotros. Es más que probable que ya tengas más de lo que necesitas para llevar una vida plena. Tanto en el aspecto material como en el espiritual, solo basta que tú te des cuenta. Y la mejor forma de hacerlo es agradeciendo y valorando diariamente.
El trío perfecto llevado a la práctica
Como te mencioné, soy una persona muy orientada a hacer cosas, a marcar tareas de mi lista de pendientes. Es decir, soy una mente inquieta. Por ello, mi esfuerzo lo centro en mejorar mi bien-estar. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, por cada hora de trabajo me tomo unos 10 minutos de reposo donde me limito a simplemente contemplar lo que hay a mi alrededor. A reconocer los pensamientos que pasan por mi mente y así poder determinar si hay algo que puedo mejorar o que se me está pasando por alto. Ojo, esto lo hago en completo silencio y soledad.
En lo que se refiere al bien-hacer, no tengo mayor inconveniente, dado que soy una persona muy disciplinada. Sin embargo, sé que el factor determinante para serlo es comprender completamente la importancia del objetivo que te hayas planteado. Me explico, por citar un ejemplo, serás una persona disciplinada con tus finanzas personales cuando entiendas que de ello dependerá tu yo del futuro. De que al ser financieramente responsable podrás cumplir con todos tus compromisos como cabeza de familia, etc. Eres tú quien debe hacer el ejercicio de darle el valor correspondiente a la meta planteada y verás como la disciplina estará de tu lado.
Y con respecto al bien-tener, lo que hago todas las noches antes de dormirme es recordar mi día y agradecer por 3 cosas que me hayan pasado durante este. Por ejemplo, agradezco porque pude compartir un almuerzo más con mi madre. Porque pude despertar a mis hijas no-humanas con un beso en la frente. Porque tengo un trabajo en el cual hago lo que me gusta y, además, me pagan por ello. Estoy muy seguro de que tienes mucho por lo que agradecer durante tu jornada, solo necesitas detenerte y ser consciente de ello.
Para finalizar…
Si vas a aplicar el trío perfecto en tu vida buscando el equilibrio entre los integrantes de este, evita el obsesionarte con hacerlo a la perfección. Habrá ocasiones en las cuales tendrás más bien-estar que bien-hacer, otras en que el bien-tener prevalezca… Y esto ni está bien ni está mal, sencillamente, está. Recuerda siempre que somos humanos y que, como es de esperar, cometemos errores. La clave está en ver oportunidades de crecimiento donde antes solo veíamos problemas.
¡Sé una mente indomable!
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Vegano. Amante de los animales y los libros. Actualmente trabajo como Especialista en DevOps en alguna parte.
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