Por qué me gusta leer libros y a ti también debería gustarte

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Imagina que pudieras viajar atrás en el tiempo y compartir con una versión más joven tuya todo el conocimiento que posees ahora que consideraras útil para aquella época. ¿Te interesaría? ¿Qué consecuencias crees que tendría esto en tu futuro y tu presente? En mi opinión, considero que mi yo actual, el que escribe esta entrada, dejaría de existir. Ya que para estar donde estoy, tuve que experimentar todo lo que he experimentado hasta ahora. Es decir, de haber sabido todo lo que sé hoy día, habría creado, consciente o inconscientemente, otras circunstancias. Por ello, viajar al pasado para cambiar el presente o el futuro, tomando como base la ficción, no suele ser buena idea.

¡Hola, querido lector! En la entrada de hoy quiero compartirte Por qué me gusta leer libros y a ti también debería. Te adelanto que la intención de la misma no es decirte qué libros tienes que leer, eso es algo que debes descubrir por ti mismo, sino mostrarte el poder oculto para crecer como ser humano que se revela al exponerse a las opiniones, pensamientos y experiencias de otras personas. Esto es un hecho innegable. Ya sea que leas 1984 de George Orwell o Amor, libertad y soledad de Osho. Al terminar de leerlos, si lo hiciste con la mentalidad de una taza vacía, es decir, reconociendo que aún hay cosas que desconoces, te habrás convertido en otra persona.

Converso con mi yo del pasado a través de las anotaciones en las páginas del libro

Actualmente me encuentro leyendo El código del dinero de Raimon Samsó. No es la primera vez que lo leo, ni será la última. Me resulta curioso leer las anotaciones que yo mismo hice tiempo atrás y comprobar, para mi sorpresa, cómo he crecido en ciertos aspectos. Por ejemplo, ahora caló más hondo la definición de prosperidad que el autor da en el libro: “para mí, la prosperidad incluye mucho más que dinero; a saber: amor, salud, energía, relaciones, humor, tiempo libre, independencia, equilibrio, libertad, paz interior, alegría, significado, conocimiento y satisfacción personal”.

Esto lo he podido experimentar de primera mano. Ya que mi primer contacto con el libro fue cuando comencé en mi trabajo actual y mis ingresos fijos no es que hayan incrementado desde aquel momento. Sin embargo, considero que ahora llevo una vida mucho más plena, satisfactoria y consciente que hace años atrás. He conseguido reducir el horario de mi jornada laboral. Hoy día los fines de semana me pertenecen completamente para dedicarlos a mis proyectos o a compartir con mis seres queridos. Tengo más tiempo libre para invertirlo en mis aficiones y para, simplemente, existir, descansar y alimentarme como es debido.

Lo que marca la diferencia no es lo que aprendes, sino lo que haces con lo que aprendes

No te mentiré diciéndote que todo sucedió como por arte de magia después de leer aquel libro en particular, El código del dinero, o cualquier otro. Tuve que hacer sacrificios y esforzarme para poder adaptar y llevar a la práctica la información que consideré útil en base a mis circunstancias y mi contexto. Y esto considero que es de vital importancia y que muchas personas que leen libros lo pasan por alto. No es lo mismo alguien que es cabeza de familia, que además tiene una hipoteca por pagar, que alguien con mis mismas circunstancias: soltero y viviendo en casa de un familiar. Y ojo, ninguno de los dos contextos es mejor o peor, sencillamente, son diferentes.

Por otra parte, seguro que has leído el siguiente aforismo: “ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”. En cierta forma, opino que sucede algo parecido con los libros y quienes los leen. Es cierto que el libro sigue siendo el mismo a no ser que el autor lo actualice y agregue o quite cosas, sin embargo, pasa algo diferente con el lector. Ya que entre cada lectura puede que este se haya expuesto a nuevas experiencias y estas le hallan brindado una visión más amplia del mundo, tanto externo como, sobre todo, interno. Pudiendo así obtener más sabiduría del mismo libro.

Lo interesante no es lo que tú sacas del libro, sino lo que el libro saca de ti

¿Te has percatado que el mismo libro puede generar reacciones muy distintas en dos lectores diferentes? ¿Cómo es esto posible si han leído exactamente el mismo texto? Bajo mi punto de vista, esto se debe a que aquí influye nuestra esencia o, en otras palabras, nuestra forma innata de ser. Por ello, no todos sintonizamos con las mismas opiniones, pensamientos y experiencias. En mi entorno familiar, esto me pasó con dos libros en específico: El club de las 5 AM y Buenos hábitos, malos hábitos. Para mí, representaron un punto de inflexión en mi vida, sin embargo, para algunos de mis familiares fueron dos libros que, sin más, agregaron a su lista de libros leídos.

Con todo, considero que esta es una de las mejores razones, además de las que he mencionado en párrafos anteriores, para leer libros: la posibilidad de debatir con otros lectores con puntos de vista diferentes al tuyo. Es una experiencia que, si se gestiona correctamente, enriquece intelectualmente a ambos participantes. Antes de continuar, deseo agregar que no estás obligado a terminar de leer un libro que no te gusta, ya sea por cómo está escrito o porque no era lo que tú esperabas. Puedes regalárselo a alguien más o bien dejar que pase el tiempo y, quizá, te sientas animado a leerlo. Esto último me ha pasado en más de una ocasión.

Del papel a la mente, y de la mente a la realidad

En base a mi propia experiencia, he de reconocer que no recuerdo ni el 50% de lo que está escrito literalmente en los libros que he leído, por ello, me ha sido más útil crear nuevos hábitos y una rutina alrededor de estos para integrar, de forma más permanente, la sabiduría que me han brindado mis lecturas. Por otra parte, considero que el aprendizaje, el de verdad, no se da de forma secuencial. No es como si hubiera un Aprendizaje 1, Aprendizaje 2… Opino que vamos conectando ideas de manera espontánea, puedes llamarlas epifanías si gustas. Más de una vez he generado una nueva forma de percibir el mundo después de conectar dos libros sin una estrecha relación aparente.

El sendero del verdadero aprendizaje

Antes de finalizar, quiero compartirte la siguiente reflexión, que si la comprendes, gozarás de una gran ventaja sobre quien pretende obtener conocimiento a través de memorizar las cosas:

Pretendo la transformación del lector que, al convertirse en lo aprendido, nunca olvidará lo leído.

No porque lo recuerde, sino porque lo es.

Raimon Samsó

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