Sé el cambio que quieres ver en el mundo

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¿Te has preguntado alguna vez por qué cuando pensamos en cambios para mejorar el mundo, lo hacemos mirando hacia afuera? Es decir, rara vez consideramos que quienes debemos cambiar, somos nosotros. Siempre suele ser alguien más: que si el gobierno, que si las empresas, que si el capitalismo. Terminamos obviando el poder que está en nuestras manos. Así como también terminamos obviando que somos, en cierta manera, corresponsables de lo que ocurre a nuestro alrededor.

Con esto quiero decir que si el gobierno actual del país en el que vives es corrupto, probablemente, la sociedad a la que representa también lo sea. Que si una gran mayoría de las empresas antepone el beneficio económico a la salud del planeta, es porque individualmente lo hacemos de igual forma. Puede que estas afirmaciones no sean de tu agrado, con todo, quizá sea el hecho generalizado de huir de las conversaciones incómodas lo que nos ha llevado hasta la situación de crisis actual.

Siéntete cómodo en la incomodidad del cambio

El animal humano es un ser que trata de ser racional, y resalto lo de trata. Sin embargo, es un ser extremadamente emocional. Dato de vital importancia. Por otra parte, cambiar implica analizar racionalmente el cambio que se nos está proponiendo y, después de una profunda reflexión, determinar si es mejor que lo que supondría no llevarlo a cabo. Entonces, si somos seres emocionales, ¿cómo podríamos, de manera racional, saber si es mejor o no?

Un ejemplo bastante claro: imagina una persona con sobrepeso, sabe que lo tiene y que esto perjudica su salud. El médico le propone comer mejor, hacer ejercicio y descansar como es debido. Desde un análisis racional, la persona debería implementar el cambio de forma casi inmediata pero, ¿lo hace? En la mayoría de los casos, muy probablemente, no. ¿Por qué pasa esto? Pues porque el cambio propuesto es incómodo, y la incomodidad va dirigida directamente a nuestras emociones.

El verdadero cambio se centra en el largo plazo, de lo contrario, solo es un parche

Como mencioné en párrafos anteriores, las propuestas de cambio no siempre serán de nuestro agrado, sin embargo, debemos aprender a gestionar mejor nuestras emociones y, al menos durante un rato, ser objetivos y contemplar los beneficios que traerá el implementar dicho cambio. Por otra parte, también debemos estar conscientes de que no todas las personas se desarrollan al mismo ritmo, es decir, cada uno se tomará el tiempo que considere prudente para mejorar.

Todo lo mencionado suena sencillo pero, ¿entonces? ¿Por qué vivimos en una sociedad donde la corrupción crece a diario, donde aprovecharse de los demás es algo socialmente aceptado? Si se supone que fomentamos la solidaridad, el trabajo en equipo, el compartir sin esperar nada a cambio… Bajo un punto de vista muy personal, considero que esto es así porque lo hacemos de puertas para afuera, es decir, no predicamos con el ejemplo. Es como el dietista que recomienda comer mejor, sin embargo, no se lo aplica.

Si vas a cambiar algo o a alguien, que sea a ti mismo

¿Por qué creemos que el cambio debe darse de afuera hacia adentro? Que los que deben cambiar son los demás y no nosotros. Imagínate una sociedad donde cada ser humano está centrado en su crecimiento como persona. Y, una vez cuenta con una autoestima, compasión y generosidad sólidas, ahora sí, empieza a mirar hacia afuera. Porque, ¿cómo podría ayudar alguien a otra persona si es incapaz de ayudarse a sí mismo primero?

Queremos que los demás sean solidarios, pero nosotros no lo somos. Queremos que las demás personas sean respetuosas, cuando nosotros no lo somos. Queremos que el resto nos preste atención mientras hablamos, pero nosotros estamos distraídos en nuestro celular. Comprendo muy bien que hay aspectos en la vida que escapan a nuestro control, es cierto, con todo, ¿consideras lógico prestarle más atención a aquello que no puedes cambiar que a lo que sí?

En resumen…

La idea de esta entrada es sencilla pero poderosa: si quieres cambiar algo en el mundo, comienza por ti. Entonces, si quieres que los demás sean puntuales, empieza por ser puntual. Si buscas que las personas tengan mejores interacciones sociales entre ellas, comienza por tú relacionarte mejor con los de tu entorno. Siempre recuerda que el verdadero cambio viene de adentro hacia afuera, nunca en la otra dirección. Así como también que todos somos cocreadores de nuestra sociedad.

¡Sé una mente indomable!