Por qué los libros de autoayuda no ayudan… y qué hacer para remediarlo

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Terminaste de leer “El club de las 5 de la mañana” pero… te sigues despertando después del mediodía los fines de semana. Terminaste de leer “Los 4 acuerdos” pero… te sigues quejando, hablando mal de otros y, por lo tanto, incumpliendo el ser impecable con tus palabras. Sigues sin haber ahorrado ni un solo centavo a pesar de haber leído “Los secretos de la mente millonaria” y no entiendes por qué. Leíste casi todos los libros escritos por Robert Kiyosaki pero tu salud financiera no ha mejorado y continúas adquiriendo deuda mala, disfrutando de los lujos antes de crear el flujo…

¿Te sientes identificado de alguna manera? Sé honesto. Solo la verdad puede hacerte libre.

No creas que eres el único al que le sucede. Varios libros son los que he leído cuyo conocimiento todavía no he logrado interiorizar y llevar a la práctica. Pero, como te dije en líneas más arriba, solo la verdad puede hacernos libres. Con esto, me refiero a estar en la capacidad de reconocer que aún nos queda mucho por aprender, que el haber terminado de leer un libro no representa que lo hayamos comprendido ni que sepamos cómo pasar a la acción. Puede que necesitemos algo más de tiempo para que las ideas que se nos están proponiendo se asienten en nuestra mente.

El conocimiento, por sí mismo, no es poder. El conocimiento aplicado SÍ

Tomemos como referencia los ejemplos que di al inicio. Si leíste “El club de las 5 de la mañana”, conocerás bien que a tu cerebro le agradan las rutinas más que cualquier otra cosa. Pero, ¿de qué te sirve conocer esto si no lo aplicas? ¿Si prefieres no planificar tus jornadas de antemano? Si leíste “Los secretos de la mente millonaria”, conocerás bien la técnica de los 6 sobres, con todo, que la conozcas (tener el conocimiento) no sirve de nada si no la pones en práctica (conocimiento aplicado).

He aquí, bajo mi punto de vista, el primer problema de leer libros de autoayuda. Ya que al leerlos podemos tener la falsa impresión de que estamos usando bien nuestro tiempo. Esto sería así, siempre y cuando, después de cada lectura, definiéramos cómo podemos convertir el conocimiento en pasos accionables, cómo podemos integrar aquello que acabamos de leer en nuestra jornada. De lo contrario, no estaríamos actuando muy distinto de alguien que prefiere destinar su tiempo libre a ver la serie del momento en Netflix.

Definir un plan de acción pero nunca actuar, vale lo mismo que no definirlo

En otras palabras, tener una idea revolucionaria, aquella que nos puede acercar hacia nuestra mejor versión y nuestros propósitos de vida, pero no ponerla en marcha, nos aporta lo mismo que no tenerla. El valor de una idea solo puede ser medido una vez esta se ha ejecutado. Ya que si tratamos de medirla en su estado de idea, sin haberse materializado, nos estaríamos basando en supuestos. Y de suposiciones, ni de buenas intenciones, no vive el ser humano. Por ello, la mejor manera de interiorizar lo aprendido es practicarlo. Llevarlo a nuestro mundo real.

Hace pocos días terminé de leer el libro “La voz de tu alma”, el cual te invita, grosso modo, a qué definas qué es lo que quieres conseguir, que actúes en consecuencia y que disfrutes del proceso más que obsesionarte con el resultado. Todo bien hasta aquí, sin embargo, al finalizar el libro el autor del mismo te dice que el siguiente paso es… continuar leyendo la saga de “La voz de tu alma”. La cual está formada por 10 libros más. Entonces, ¿cuándo puedo empezar a aplicar el conocimiento que acabo de obtener? Sí, comprendo que puedo ir practicando según voy leyendo los otros libros pero… y el aprendizaje de estos nuevos, ¿cuándo lo aplico?

Complemento la idea del párrafo anterior con este vídeo de un youtubero que recomiendo sobremanera.

Por qué los libros de autoayuda no ayudan… y qué hacer para remediarlo

Ahora pasemos a la segunda parte del título de esta entrada. ¿Qué puedes hacer para que los libros de autoayuda realmente te ayuden? Lo que me ha servido durante mi camino de autoconocimiento ha sido lo siguiente:

  • Leer solo sobre temas en los cuales estoy genuinamente interesado y donde estoy dispuesto a aplicar lo aprendido, a pagar el precio del cambio que propone.
    • Por ejemplo, actualmente, no me serviría de mucho leer sobre cómo invertir en bienes inmuebles porque estoy en la fase de crear mi fondo de emergencia. Estaría estudiando por estudiar, no para aprender ni mucho menos para aplicar lo que leo.
  • Entender que los libros son amigos que puedes visitar de nuevo cuando lo creas conveniente.
    • Con esto me refiero a que un libro puedes leerlo más de una vez si sientes que hubo algo que no comprendiste o que quizá ahora ya posees la capacidad para entenderlo mejor. A mí esto me ha pasado con algunos libros de Robert Kiyosaki, al principio no entendía lo que repite en sus libros de que el dinero actual solo es deuda. Sin embargo, desde un inicio sí pude reconocer el valor de esta idea.
  • SIEMPRE buscar la manera de integrar en tu jornada aquello que estés leyendo, así sean un par de ideas, lo que aplicas lo retienes. Y lo que retienes pasa a formar parte de ti y de tu realidad.
    • El mejor ejemplo que se me ocurre es el de la técnica de los 6 sobres de “Los secretos de la mente millonaria”, tal pronto lo leí lo llevé a la práctica. Y todo ingreso futuro lo pasé a dividir de esa manera.
  • Aceptar que vas a cometer errores, eso sí, no uses esto como excusa para errar.
    • Somos seres humanos, por ende, nos equivocamos. Con todo, si somos capaces de ver el aprendizaje detrás de cada fallo, creceremos y seremos, así sea un poco, mejores que ayer.
  • Hacerte a la idea de que eres una obra en continua construcción, ya que creer que como eres ahora determina cómo serás mañana solo te será una limitante.
    • No siempre me desperté temprano en las mañanas pero no por ello me limite a pensar que estaba condenado a despertarme tarde. Así mismo, en el primer empleo que tuve no ahorré absolutamente nada del dinero que gané, sin embargo, esto no me llevó a pensar que no podía ahorrar un porcentaje de lo que ganara en otros trabajos.

Los libros de autoayuda son una muy buena herramienta si sabes usarlos, con todo, el factor determinante eres tú, la actitud que tomas después de leerlos. No alargaré innecesariamente esta entrada porque, de hacerlo, estaría yendo en contra de lo que busco proponerte. Mi sano consejo es que tan pronto lo hayas terminado, en la medida que te sea posible, pases a la acción. Así sea un paso pequeño. Que leíste un libro sobre cómo salir de deudas, la mejor manera de aplicar lo aprendido es… exacto, salir de deudas. Que leíste un libro sobre cómo alimentarte mejor, pues, así mismo, empieza a comer mejor.

Para finalizar, no seas muy duro contigo mismo cuando falles. Lo que de verdad contará es que seas capaz de aprender por qué fallaste y trabajar para que no se vuelva a repetir. ¿A qué esperas para ponerte en marcha?

¡Sé una mente indomable!

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