Tu vida se transforma en cuanto aprendes a amar aquello a lo que le temes (27/30)

Photo by Kamil Feczko on Unsplash

Hola querido lector.

Hoy quiero conversarte acerca de una idea sobre la que vengo reflexionando hace un tiempo ya. Es la siguiente: en vez de huir de aquello que tememos, mejor dar un giro de 180º y dirigirnos hacia ello, abrazarlo y aceptarlo. Todo esto como primer paso para nuestro desarrollo personal.

Te adelanto que no es algo que haya podido aplicar al 100% en todos mis temores, para nada. Sin embargo, considero que es un gran paso reconocer que algo me atormenta en vez de fingir y hacer como si no existiera. Además, puede que incluso no llegue a superar dicho miedo pero, como dije, se crece reconociendo el temor, no huyendo de él.

Amar aquello que temes requiere de perseverancia

La práctica hace al maestro, y para esto de los temores, no hay diferencia. Cuanto más te expongas a las situaciones que te generan angustia y miedo, mejor podrás gestionarlas. Repito, no te obsesiones pensando que podrás superarlas todas, no. Reconozcamos que como seres humanos habrá aspectos que se escaparán de nuestro control, y eso está bien también.

Comprendo que es fácil hablar cuando se es espectador y no protagonista de situaciones como una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido… Esto lo entiendo, sin embargo, soy consciente de que en la medida de lo posible lo puedes aplicar y, gradualmente, podrás ir gestionando contextos que generen un temor mayor en ti.

Que la muerte no te sea ajena…

Pareciera como si admitir que algún día falleceremos fuese un tema tabú. Vivimos como si fuésemos inmortales. Negándonos una lección muy valiosa al comprender lo frágil que es el ser humano. El saber que disponemos de un tiempo finito para cumplir nuestras metas debería ser el mejor combustible.

¿Por qué le tememos tanto a la muerte? Si tarde o temprano a todos nos llegará. Es más, ¿cómo podemos temerle a algo que solo se experimenta una vez? Tomando como punto de partida esto: todos vamos a morir, ¿qué es lo peor que nos podría pasar si enfrentamos al resto de nuestros miedos? Si perdemos el temor al qué dirán o al rechazo. ¿Te imaginas el poder que tendría esa sociedad?

No te preocupes por… mejor ocúpate de tus temores

Para ir cerrando esta entrada, mi propuesta es sencilla: no huyas de lo que te da miedo, no, da la vuelta y camina rumbo a tus temores. Míralos y comprende porqué están ahí. Habrá veces que puedas superarlos, otras no. No hay problema. Recuerda que estamos de paso por este mundo, por ello, nuestro tiempo es oro y no vale el esfuerzo malgastarlo.

¡Sé una mente indomable!