Lamento tener que decirte que estás equivocado en casi todo…

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¿Crees que pasamos de estar equivocados a estar en lo cierto? ¿Eres de los que piensa que la perfección existe y que, además, es alcanzable? Mi respuesta a ambas preguntas, hasta hace no mucho tiempo, era que sí. Unos cuantos días atrás, comencé a leer El sutil arte de que te importe un carajo… ¡y vaya si me ha supuesto una revolución interior! Todavía no lo termino, sin embargo, hay una idea que ya caló hondo: no pasas de estar equivocado a estar en lo cierto, sino de estar equivocado a estar menos equivocado.

Personalmente me agrada ver al ser humano como un rompecabezas/puzzle en el cual las piezas siempre van cambiando. Es decir, es una obra que nunca está terminada, y esto no tiene por qué ser algo negativo. Según pasan los años nuestros valores y preferencias se van actualizando y el error más grande que podemos cometer es pensar que ya nos conocemos. O más grave aún, dejar que la imagen que los demás crearon de nosotros, nos defina y limite para el resto de nuestra vida.

Libérate de tu autoimagen y de la imagen que los demás han creado de ti

Por “liberarte” me refiero a que no le des más importancia de la que merece. Porque de hacerlo, podrías autolimitarte. Me explico, imagina a alguien que estudió para ser abogado, sin embargo, una vez terminada su carrera universitaria se dio cuenta de que quería abrir un restaurante. En la mayoría de los casos, su autoimagen (estudió para ser abogado) le impediría tomar acción para llevar a cabo su deseo. Y qué decir de la imagen que los demás hayan creado de él.

Pregúntate cuántas cosas has dejado de hacer por temor al qué dirán o por darle demasiada importancia a la imagen que creaste de ti mismo. Entregarle poder excesivo a nuestro ego podría limitarnos e impedir que iniciemos el viaje hacia nuestra mejor versión. Por otra parte, reconocer que todavía nos quedan cosas por mejorar como personas es una gran muestra de sabiduría, porque quien piensa que ya lo sabe todo y que ha alcanzado la perfección, solo demuestra haberse perdido.

Reconoce, acepta y abraza tu ignorancia. Sé un aprendiz de por vida

Considero que no solo de los ancianos se aprende o se obtiene sabiduría, opino que también lo hacemos de los niños pequeños. Seres inocentes que están más en contacto con su esencia interior que muchos de los adultos que tienen como padres. Hay algo en particular que admiro de los críos: su capacidad genuina de querer aprender. En otras palabras, y puede que no lo hagan conscientemente, no se escudan en pensar que ya lo saben todo, al contrario, si estaban equivocados, rectifican con mucha rapidez.

El tomar la postura de ser un aprendiz de por vida, no significa que no tengamos conocimientos avanzados en una que otra materia. Lo que sí quiere decir es que cuando alguien, o incluso nosotros mismos, nos demuestre con fundamentos que no estábamos en lo cierto, estaremos en la capacidad de corregir y cambiar, casi, con la misma velocidad que un niño pequeño. Eso sí, recuerda que pasamos de estar equivocados a estar menos equivocados.

La vida no es una lucha constante, sino un aprendizaje constante

No hay nada más liberador que aceptar que desconocemos muchas cosas y, sobre todo, reconocer que es muy probable que nunca terminemos de saber quiénes somos… Como dije en párrafos anteriores, es muy cierto que tenemos unos valores y preferencias, sin embargo, como habrás podido comprobar a lo largo de tu existencia, van cambiando o se van actualizando. Basta con mirar a nuestro alrededor, ¿hay algo en la naturaleza que se mantenga estático?

Que tengas 40, 50 o 70 años, no quiere decir más que eso… que tienes una cantidad determinada de años. Con todo, eso es lo único que representa, una cifra. Puedes ser una persona de 40 años que siente que ya ha vivido demasiado o, por el contrario, una de 92 que todavía siente mucha energía dentro de ella. Si en la vida existe algún propósito, estoy casi seguro que es sentirse vivo, cada día. Con todo lo que ello represente. Saborear de la misma manera los momentos dulces que los amargos.

Finalizo añadiendo que no te obsesiones con agregar más años a tu vida, agrega más vida a tus años. ¡Sé una mente indomable!

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