No trabajes por horas, trabaja por resultados

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El otro día trabajé 8 horas en la misma tarea pero, no la terminé con éxito. Sin embargo, ayer tuve una tarea similar y, aunque parezca increíble, la completé en solo 2 horas. ¿Te ha pasado alguna vez? Aprovecho para preguntarte: cuando cumples con tus responsabilidades, sean laborales o personales, ¿te centras más en el tiempo que les dedicas o en los resultados que obtienes? Si perteneces al segundo grupo, no tengo nada para ofrecerte.

Como sociedad, solemos preferir cantidad a calidad. Consideramos que es mejor trabajar 8 horas que 2. Indistintamente de los resultados obtenidos. ¿No me crees? Analiza lo siguiente, ¿no te parece sumamente sospechoso que todos los oficios tengan asignado el mismo número de horas de jornada laboral? La propuesta de la entrada de hoy es sencilla pero potente: deja de trabajar por horas, trabaja por resultados.

Usa la ley de Parkinson a tu favor

La Ley de Parkinson, en castellano simple, dice que una tarea se expandirá hasta ocupar todo el tiempo que se le asignó. Es decir, si defines que limpiar tu habitación te va a tomar 1 día, inconscientemente, harás que te tome 1 día. En cambio, si le asignas 45 minutos, puede que te tome 5 minutos más de lo esperado. Otro ejemplo que se me ocurre, estudiar a pocas horas de un examen. Tuviste semanas para estudiar, sin embargo, alargaste la tarea.

¿Cómo podrías usar la ley de Parkinson a tu favor? Muy sencillo, deja de enfocarte en las horas y céntrate en los resultados que quieres obtener. En otras palabras, antes de comenzar a trabajar en algo, debes tener muy presente qué es lo que quieres conseguir. Ejemplo: en vez de decir algo tan general como “arreglaré mi cuarto”, di algo más específico: “cambiaré las sábanas de mi cama, barreré el suelo y quitaré el polvo de los armarios”.

De esta manera, al tener bien definidas las metas a cumplir, sabrás cuándo has terminado la tarea y no la estarás alargando inconscientemente. Ya que al decir “me dedicaré a arreglar mi cuarto durante 45 minutos”… ¿cómo determinas si ya está lo suficientemente arreglado? Por otra parte, al medir nuestro trabajo según las horas que le dedicamos, estamos dejando de lado un factor importantísimo, el apalancamiento.

Está bien que no todos los oficios tomen el mismo tiempo

Visualiza el siguiente contexto: por un lado, tenemos a un administrador de sistemas informáticos, con centros de datos a su cargo, y, por otra parte, tenemos a un artesano que hace jarrones de barro completamente a mano. ¿Crees oportuno asignarles a ambos arbitrariamente una jornada laboral de 8 horas? ¿Y si el administrador terminó su trabajo en 3 horas? ¿Y si el artesano necesitó de 12? Son profesiones completamente diferentes…

Por ende, tienen necesidades diferentes. No podemos esperar que un artesano disponga de la misma capacidad de apalancamiento que alguien que tiene a su servicio equipos capaces de procesar datos en cuestión de milésimas de segundos. ¿Ves ahora la importancia de no trabajar por horas, sino por resultados? Combinando ambas ideas, ley de Parkinson + trabajar por horas, podrás comprender porqué mucha gente es improductiva.

Y ojo, entiendo que en muchos casos los trabajadores extienden sus tareas para que abarquen toda su jornada laboral con la mejor de las intenciones, porque consideran que así se están ganando justamente cada centavo que llega a sus bolsillos. Sin embargo, bajo un punto de vista muy personal, así solo deterioran la calidad del trabajo que están haciendo, porque anteponen cantidad de tareas a la calidad de las mismas. Te puedes pasar perfectamente moviendo papeles de un sitio a otro durante 8 horas.

En resumen…

  • Antes de comenzar a trabajar en algo, define qué resultados quieres obtener.
  • No te enfoques en cuánto tiempo te va a tomar algo, sino en entregar un trabajo de calidad, ya sea en tu ámbito personal o laboral.

¡Sé una mente indomable!

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