Vive tu vida a tu ritmo pero, sobre todo, a tu manera

Azúcar y yo

¿Alguna vez te has sentido frustrado por ver cómo otras personas consiguen lo que tú quieres? ¿Eres de los que se compara con los demás y se siente desdichado? Yo, aunque cada vez menos, sí. No soy perfecto, y sé que no llegaré a serlo, sin embargo, sigo trabajando en ello. Sigo trabajando en mi mentalidad, para poder comprender completamente que: si me voy a comparar, debe ser conmigo mismo y que si quiero ser mejor que alguien, tiene que ser que mi yo de ayer.

Muchas veces me he encontrado comparando mi éxito personal con el de los demás, siendo esto un comportamiento muy nocivo. Principalmente porque deja de lado el hecho objetivo de que no todos hemos pasado por las mismas circunstancias ni hemos nacido con las mismas posibilidades (geográficas, económicas o físicas). ¿Te imaginas alguien que se siente frustrado por no ser el mejor surfista del mundo habiendo nacido en la Antártida?

Que las demás personas sirvan para inspirarte, pero nada más

Es como si yo, con mi 1.68m de altura, quisiera ser el mejor jugador de baloncesto de la NBA y el no poder conseguirlo, me hiciera sentir miserable. Ojo, aquí no estoy haciendo una invitación a hacer las cosas de forma mediocre, para nada. Lo que sí planteo es que no podemos negar ciertos aspectos que condicionan nuestra realidad, nada más. Algo diferente sería si yo me propusiera esto, ser el mejor jugador, pero mi felicidad no dependiera de si lo consigo o no.

En alguna entrada anterior ya lo comenté, no podemos convertir nuestros deseos en necesidades, porque nosotros mismos estaríamos creando una fuente innecesaria de insatisfacción. Recuerda que en la vida lo importante es el camino, disfrutar del recorrido, no obsesionarse con el destino. Así mismo, y regresando a la idea central de esta entrada, está bien que miremos lo que los demás han logrado, con todo, no podemos quedarnos solo con el resultado, ya que detrás seguro que hubo mucho esfuerzo.

Coges un poco de aquí, un poco de allá. Esto sí te funcionó, aquello no

De las pocas certidumbres que tengo, evaluar la calidad de mi vida según los resultados que estoy obteniendo, es una de ellas. Me explico. Si el resultado que obtengo en un aspecto en concreto, la salud, por citar uno, no es de mi agrado o peor aún, genera sufrimiento, puedo determinar que hay algo que debo cambiar. Es decir, hasta ese momento, yo pensaba que hacer las cosas de esa manera, estaba bien, sin embargo, el resultado vino cual bofetón en la cara para demostrarme lo contrario.

Durante mis 27 años, he ido experimentando diferentes maneras de actuar después de leer los pensamientos de otras personas en diversos aspectos de la vida: desde cómo ser más productivo hasta cómo comer correctamente. Me tomé el tiempo de probar y comprobar si lo que proponían podía funcionarme y, sobre todo, me tomé el tiempo para reflexionar hacia dónde quería dirigir mi vida. Y ojo, no te propongo que aceptes sin más lo que otros dicen, sino que vayas formando tu propia definición de bienestar.

Vive tu vida a tu ritmo pero, sobre todo, a tu manera. Porque nadie más la vivirá por ti

Aceptar que no todos cambiamos a la misma velocidad supuso una gran liberación para mí. Si algo tengo claro, es que las personas nunca cambian porque otra persona les diga que tienen que cambiar, jamás. Solo lo hacen cuando determinan que el cambio propuesto es importante en su vida, solo en ese momento. Así pasó muchas veces conmigo, y estoy seguro de que seguirá pasando. No siempre me gustó despertarme temprano, no siempre fui amigo de la lectura, sin embargo, aquí estoy.

Si me permites darte una recomendación, es la de que vivas con la mentalidad de mejora constante, ¿y qué debes mejorar? Pues esto ya lo defines tú, yo me guío según si algo me genera bienestar o sufrimiento. Si es lo segundo, me queda una lección por aprender. Por otra parte, ¿por qué deberías vivir como lo hacen los demás si tu vida es tuya y solo tuya? ¿Por qué deberías medir tu éxito, bienestar y felicidad comparándote con los resultados de otras personas?

Me hace muy feliz pasear a las 6 de la mañana un domingo por la playa con mi hija Azúcar y mi madre, es muy probable que para otra persona esto no sea motivo de felicidad, y está bien que sea así. Porque como te dije, cada uno debe vivir a su manera, y construir su propia definición de equilibrio, bienestar y felicidad. Fíjate bien en el verbo que usé construir, esto quiere decir que tendrás que ir probando que sí te funciona, y qué no.

¡Sé una mente indomable!

Escúchalo en formato de podcast:

Posdata: recuerda que puedes unirte a mi canal de Telegram, donde podrás chatear con mentes indomables como tú.