Porqué escogí vivir con menos para vivir mejor

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¿Alguna vez has tenido la impresión de que limpiar tu casa te toma más tiempo del que te gustaría? ¿O que se desorganiza con mucha facilidad? Y si el verdadero problema no fuese el desorden ni la suciedad, ¿sino el exceso de objetos materiales? La entrada de hoy será más personal, en ella, quiero contarte porqué me liberé de una gran cantidad de cosas que ya no usaba. Buscando así vivir con menos sí, pero, para vivir mejor.

Puedes llamarlo minimalismo, esencialismo o cómo prefieras. Opino que las palabras son solo indicadores y que lo realmente importante, es que la idea quede clara y se aplique correctamente sin requerir de una etiqueta en concreto. Por otra parte, ¿te has parado a pensar si de verdad necesitas todo lo que tienes en casa? Es decir, toda la ropa, la cantidad abrumadora de pares de zapatos, la vajilla de la cual, a lo sumo, usas 2 o 3 platos, etc.

Si no lo utilizaste en todo un año, seguramente no lo volverás a usar

En mi caso fueron algunos libros. Tenía varios en mi estantería cogiendo polvo. Los había comprado hace más de un año y seguía sin leerlos. Así que, lo mejor que pude hacer, los regalé a alguien que estuviera interesado en ellos. Unos cuantos los tenía a medio acabar, sin embargo, fui honesto conmigo mismo y acepté que no los terminaría de leer. Aceptar esto me supuso asumir la responsabilidad absoluta de una compra compulsiva.

Seamos honestos, antes de adquirir un nuevo producto, generalmente, ¿solemos reflexionar profundamente si de verdad lo necesitamos y, sobre todo, con qué frecuencia lo vamos a usar? Lo más probable es que no. Tendemos a comprar influenciados por nuestras emociones y estas, a su vez, se ven manipuladas por la gran cantidad de publicidad que nos invita a formar parte de la actual sociedad de consumo descontrolado.

Pareciera que ahora nuestro lema fuera consumo luego existo. Y ojo, adquirir cosas no es algo malo en sí mismo, para nada. Lo que te propongo es que analices cuánto de lo que tienes en casa lo usas con frecuencia y necesitas de verdad, ¿quizá menos de un 40% de tus cosas? Para saber qué es importante de lo que posees, podrías imaginar que tu casa está en llamas y pensar qué sería lo que intentarías salvar.

Solo puedes disfrutar con plenitud de aquello que te puedes desprender

El bello arte del desapego… o no convertir nuestros deseos en necesidades. En otras palabras, estar en la capacidad de demostrar que apreciamos algo o a alguien pero, a su vez, no depender de ello. ¿Te has preguntado qué es lo que necesitas para vivir? Oxígeno, alimento, descanso y poco más. Así que todo lo demás es añadidura y, por lo tanto, no es un requisito para poder llevar una vida plena.

Tranquilo, que mi propuesta no es que vivas como un monje. Yo no lo hago y, al menos por ahora, no me lo planteo hacer. A lo que sí te invito es a que escojas muy bien todo lo que dejas entrar en tu vida y no solo hablo de lo material, sino también de tus pensamientos y las personas que te rodean. Lo que posees y tu entorno debería servirte de inspiración, ser fuente de buena energía, de lo contrario, sería una carga en tu camino.

A muy pocos nos agrada limpiar día sí y día también. Aunque, quizá, no nos hemos detenido a analizar porqué se produce este desorden o suciedad. ¿Será porque almacenamos objetos cuya única función es acumular polvo? O, ¿será porque guardamos cosas solo para tenerlas abandonadas en un cajón? Puede que la mezcla de ambas. Nuestras posesiones materiales deberían tener un uso práctico y aportar armonía a nuestra vida.

Vive ligero para vivir mejor y más intensamente

Para finalizar, te propongo que vivas más ligero, con menos cosas sí, pero no por ello mediocres. Al contrario, al escoger conscientemente qué dejas entrar en tu vida, es más que seguro que primará la calidad de tus posesiones por encima de la cantidad. Si acumular por acumular cosas nos hiciera felices, ¿por qué hay tantas personas con abundancia material deprimidas? Quizá se convirtieron en esclavas de sus posesiones.

Recuerda que nuestros verdaderos tesoros son: el tiempo y las experiencias vividas. ¡Sé una mente indomable!

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